Muchos problemas de los pies pueden provocar el llamado pie plano, estado que se manifiesta con el descenso del arco plantar. Como resultado el pie se dobla hacia el lado externo. Dependiendo de sus causas, la persona afectada puede padecer los siguientes síntomas:
-Dolor a lo largo del tendón tibial que se extiende a través de la parte interior de los tobillos hasta el centro del pie, acompañado por hinchazón del tobillo.
- El dolor aumenta con la actividad de la pierna, y algunas personas afectadas tienen dificultad con el andar y al estar de pie apoyados sobre la extremidad afectada.
- Un movimiento del calcáneo de manera que el peso es trasladado hacia la parte exterior del tobillo (fíbula), donde comienza a aparecer un dolor semejante a la que produce la artritis en el talón.
- En personas con antiguas lesiones o artritis en el centro del pie pueden aparecer protuberancias óseas dolorosas tanto en el lateral externo como en el interno del pie, lo que dificulta el uso de calzado. A veces estas protuberancias afectan también a los nervios, lo que provoca hormigueos que van desde la parte superior del pie hacia los dedos.
- Los enfermos de diabetes notarán solamente hinchazón y protuberancias en los pies, a causa de la falta de la sensibilidad al dolor. Las protuberancias pueden provocar problemas de piel que pueden derivar en úlceras (heridas que no cicatrizan), en cuanto los pies no estén protegidos con un calzado adecuado.
Sin importar la causa que produjo el pie plano, la mayoría de la gente afectada puede subsanar esta situación con uso de productos ortopédicos.
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